Los pacientes que presentan pérdida de dientes encuentran en los implantes dentales un tratamiento altamente eficaz y confortable a su problema, no obstante, también son muchas las dudas y temores que se plantean, entre ellos, el posible riesgo a sufrir un rechazo hacia el implante dental colocado.
El riesgo de rechazo en los implantes dentales
Si bien el rechazo de los implantes dentales, junto con las molestias postoperatorias, son el principal temor de los pacientes, lo cierto es que el riesgo de sufrir esta complicación es prácticamente nulo, concretamente hablamos de un riesgo de fracaso de implantes dentales que no llega al 2% cuando la prótesis es de buena calidad y la coloca un profesional debidamente cualificado.
También debemos mencionar que este riesgo puede verse aumentado cuando se presentan algunos de los siguientes factores, los cuáles aumentan la posibilidad de que se dé un fracaso en la prótesis colocada:
- Mala higiene bucodental.
- Tabaquismo.
- Consumo de alcohol.
- Lesión o golpe durante el proceso de cicatrización.
- Diabetes mal controlada.
Obviamente estos factores de riesgo pueden ser controlados por el paciente, incluso en el caso de la diabetes, ya que se recomienda realizar las revisiones endocrinas necesarias para tener estabilizados los niveles de glucosa en sangre antes, durante y después de la intervención para la colocación de implantes dentales.
Otro factor de riesgo para el fracaso o rechazo de un implante dental es la falta de hueso, no obstante, en este caso el principal responsable es el profesional que realiza la intervención, ya que debería haber previsto esta situación y realizar previamente un injerto de hueso o bien proponer la colocación de implantes zigomáticos cuando sea posible.
¿Cuándo el implante dental es rechazado por el paciente?
Cuando hablamos del rechazo de un implante dental no nos referimos a una reacción del sistema inmunitario hacia la prótesis de titanio, así como este sistema reacciona ante un órgano trasplantado, sino que en realidad estamos haciendo referencia a una mala cicatrización de los tejidos después de la intervención.
La completa cicatrización de un implante dental requiere aproximadamente de un plazo de 3 meses, tras este periodo de tiempo el tejido óseo se ha aproximado y se ha integrado con el titanio, en cambio, cuando un implante dental se ha rechazado, se crea un tejido blando alrededor de todo el implante, lo que impide que el mismo realice su función adecuadamente.
Cuando los pacientes experimentan el rechazo o el fracaso de un implante dental pueden presentar varias molestias, pero será clave la presencia de los siguientes signos:
- Molestias al presionar el implante dental.
- Movilidad del implante dental durante el periodo de cicatrización.
- Enrojecimiento y dolor en el área intervenida.
En el caso de que se presenten estos síntomas resultará prioritario acudir a la clínica dental para que se valore adecuadamente la situación del paciente, se realice el diagnóstico apropiado y se defina el tratamiento más adecuado para cada persona.
Causas del rechazo del implante dental
El rechazo al implante dental puede darse en cualquiera de las etapas de la osteointegración o la total cicatrización de los tejidos, dependiendo de la fase donde se produzca el fracaso las causas más probables serán unas u otras, no obstante, de forma general podemos señalar las siguientes:
- Proceso de osteointegración interrumpido a causa del tabaquismo.
- Enfermedades óseas que afecten al maxilar.
- Utilización de determinados fármacos frente a la osteoporosis y el cáncer.
- Implantes dentales de mala calidad.
- Técnica quirúrgica empleada mal elegida en función de las características del paciente.
- Malos hábitos de higiene oral.
- Infecciones bacterianas producidas durante la intervención o en el periodo post operatorio.
Muchas de estas causas, así como su desenlace, pueden ser evitadas con la colaboración del paciente y la adecuada planificación del profesional que realiza la intervención, por ejemplo, para evitar las causas infecciosas, el cirujano oral y maxilofacial podrá prescribir fármacos antibióticos que disminuyan notoriamente el riesgo de padecer una infección durante la intervención o durante el periodo postoperatorio.
También resultará de gran importancia que el paciente siga todas las indicaciones facilitadas por la clínica dental, las mismas constan básicamente de las pautas higiénico-dietéticas que conviene seguir durante el postoperatorio para evitar cualquier complicación en los implantes dentales.
Del mismo modo será necesario acudir a todas las revisiones periódicas programadas, las cuales tienen como objetivo supervisar el proceso de osteointegración de los implantes y detectar cualquier posible complicación de forma temprana.
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Como mencionábamos al inicio de este artículo, el riesgo de que se produzca un fracaso o rechazo en los implantes dentales es prácticamente nulo, inferior incluso al 2%, pero estas cifras tan positivas sólo se dan cuando el implante dental colocado es de una calidad óptima y cuando el profesional que realiza la intervención está debidamente cualificado y además forma parte de un centro seguro.
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